
Hoy ha sido un día raro. Llevo dos horas escribiendo tarjetas de navipeich, un drama que cada año repito y que me da mucha alegría y mucha pena a la vez, porque soy tan ñoña que me emociono. Encima he paseado por mi antiguo barrio y llevo todo el día recibiendo flashbacks. Tengo tantos y tantos recuerdos de cuando vivía en la calle Villamediana...., y todos son buenos.
He recordado a mi padre, que no se podía creer que con cinco años me gustara absolutamente todo. Desde los percebes a las alcachofas pasando por los callos y las patitas, jajaja, pobre! Él que se traía caprichos y me los zampaba yo todos. Un día dijo: "voy a ponerle un candado al frigo" y le dije:"vale, pero dame la llave". Qué tragaldabas..También me acuerdo de ir en su coche cantando a Sabina, Victor Manuel, Ana Belén,... y de que me regalaba siempre en navidad música y libros.
He recordado la tarta de magdalenas que mi madre nos hacía. Ella jura que perdió la receta pero yo creo que por nuestro bien, la quemó. También me acuerdo de que pasaba el aspirador cantando "Amor de hombre" de Mocedades. Y de lo contenta que se puso el día que mi hermana se tiró un pedo por si misma sin tener que recurrir a la ramita de geranio o al termómetro impregnado en aceite. Mi madre siempre estaba ahí, y cuando llegaba a casa de trabajar toda la mañana, nosotras le esperábamos en la puerta para que nos llevara al colegio o a la piscina y la pobre se comía algo rápido y salía pitando. Aunque también recuerdo el miedo que nos daba ir con ella cuando se sacó el carné de conducir....
Y me he acordado de Anita y su pachorra. Lo que tardaba en peinarse, en moverse, en levantarse. Y de su risa, cómo se reía, siempre, todo le hacía gracia a la tía. Y el día del cumpleaños de mi padre: "papa, papa, te hemos comprado un regalo pero no te lo voy a decir, bueno te digo una cosa: empieza por ra y termina por queta... Y el día de nuestra primera comunión, tengo todo grabado en mi retina. Y menos mal, porque mi tío grabó un partido de tenis encima del vídeo, jajaja. Mi tía a poco lo mata.
Y luego ha venido Inés, y sus rizos, y su sonrisa, que me volvía loca. Y el día que se quemó la manita con la plancha y la conseguimos dormir viendo a espinete que le encantaba. El día que mi madre nos llamó desde el hospital y nos dijo: "Vais a tener un hermanito". Buahh, qué ataque, la dejé al teléfono para bajar al primero a contárselo a Sonia. Y el día que veníamos papa, Ana y yo de comprar una bañera, azul claro, y la vimos llorando a lo lejos. Hasta que no vimos a mi madre cómo nos decía llorando "es otra niña" no se nos ocurrió a ninguno que el hermanito pudiera ser una nena.
Y han pasado por mi cabeza todas las chicas que me han cuidado: la Goyita, Mari Carmen, la Manuela, ... Pero Miriam, Miriam me cuidó desde los 0 a los 8 años y era como mi hermana. Nos llevaba los sábados a Anita y a mi a casa de su madre a comer. Nos llamaban las Marianas, porque no sabían quien era quien. Y era una familia muy grande y humilde, unos 8 hermanos en un piso que no sería más grande que el mío. Y comíamos por turnos de 3 en 3, en la cocina. Y la madre de Miriam hacía paella cada sábado. Una paella riojana con trozos de chorizo, guisantes y aceitunas, no tenía nada más, pero almas que rica!!! (frase de la balsera de mi clase) jajaja. Y en esa casa no había papel higiénico y se limpiaban el culo con papel de periódico. Y un día salió la foto de mi padre en La Rioja y uno de los hermanos de Miriam nos dijo que se había limpiado el culo con la cara de nuestro padre, y la Anita lloraba... Jajajaa, cómo nos querían. Y nosotras a ellos.
Y me he acordado de los fruteros y de los fitos y de lo bien que se vivía cuando tu única preocupación era disfrutar, y comer, y reír, y compartir un partido de fútbol con los amigos. Los niños jugábamos en una habitación y salíamos a cantar los goles. Excepto el día de España-Malta que al quinto nos cansamos.Y recuerdo a Fito con su austriaca, a Sonia enseñándonos canciones, a Pedro que no se podía ser más guapo, a Rubén que no se podía ser más movido, a Anita que no se podía reír más, ... Y me da todo un buen rollo increíble y lo único que me queda por decir es que muchas gracias a todas las personas que han hecho que mi infancia sea tan maravillosa, fundamentalmente a mis padres que se han sacrificado para que a mi no me faltara nunca de nada. Y también a mi hermana Ana que ha sido una compañera de viaje extraordinaria. Aunque en la foto de arriba la que sale es mi prima Arantxa, la segunda de abordo... Pero eso es para revival II, con números romanos.