Siempre me ha dado envidia la gente que tiene un blog. Y como la envidia es muy mala, he decidido abrir uno... no hay un tema concreto, voy a hablar de lo que quiera. Empezamos...
El viernes por la tarde, me hallaba tranquilamente en mi sofá, cuando recibo un privado en el FB
LLAMAME URGENTE MIGAAAAAAAA
TENGO UN SUPER PLANAZOOOOOO XA TI Y TUS AMIGASSSS.. ME LO HAN CONTADO Y SOLO HE PENSADO EN VOSOTRAS!!
Lógicamente la llamé y me dice que su amiga Elisa, la relaciones públicas de las bodegas Franco-Españolas, ha organizado un evento en plan rueda de citas y que necesitaban chicas porque se estaban rajando muchas. Así que chicas, he pensado en vosotras.... Para entonces yo ya sabía que iba a ir y mi cabeza sólo rulaba pensando en quién más se iba a animar. Así que llamé a mis amigas solteras, que tampoco tengo tantas, sniff, y se me apuntaron dos valientes. Llamé a Elisa, confirmamos asistencia. Llamé a mis amigas casadas, se alegraron de tener pareja. Llamé a mi ex-novio y me preguntó que si me pagaban (¿¿¿¡¡¡???).
El evento comenzaba a las siete y media y como es natural quedamos a las dos para irnos de vermut torero... Mi querida amiga Silvia me maquilló los ojos en plan pantera y nos pillamos un taxi, que coincidió ser... "El taxista" (esta historia es para otro día).
Lo peor fue la llegada, bajarnos del taxi, horrible... ¡Qué vergüenza! Yo pensaba que todo el mundo debería estar igual, así que como muchas veces en la vida, actúo como si el evento lo hubiera organizado yo. Entré sonriendo, dando besos a las organizadoras y de pronto me encuentro con el Rober, amigo de cuando era pequeña, y Perico, el de los caballos, que me había presentado mi amigo Luisito la noche anterior. Aunque después de dar un par de besos te quedas como: ¿Y qué haces aquí? Pues lo mismo que tu, no te digo. Un poco cortante, la verdad. Pero lo peor fue cuando vi el cartel del evento.... a poco muero, al loro: In love with wine, si buscas pareja.... Arggggg!!!!
El evento, nos explicaron, consistía en lo siguiente. Teníamos un sobre con un folio donde podíamos poner observaciones sobre la gente (afortunadamente la mayoría de la gente la perdió), una invitación a una copa en la bodega y dos invitaciones para tomar copas a 4 euros en el "VIP". Nos daban una copa de vino, una bandejita para coger los pinchos y una pegatina para el nombre. Las citas tenían una duración de entre siete y diez minutos y no solo cambiabas de macho, si no que también cambiabas de lugar. En cada lugar había vino tinto, rosado y crianza y una bandeja de pinchos de Marisol Arriaga. Os cuento lo que me acuerdo de mis citas, fue todo muy rápido y había mucho vino:
- Javier, de Tudela, 39 años. Lugar: entre depósitos. Empezamos a hablar y vino la tele, me entrevistaron (sale en el telediario regional) y me fastidiaron media cita. Solo me dio tiempo a que me contaran como se mataban los pollos en el matadero donde trabajaba.
- Perica, de Logroño, 34 años. Lugar: entre cuvas. Me reí mucho, resulta que es alguacil de la plaza de toros, tiene una calesa y un caballo. Muy simpático la verdad.
- Ion, de Madrid-Logroño, alrededor de 30. Lugar: un sitio precioso con un banquito y una cepa. Un tío muy interesante, había vivido den Australia y trabajaba en exportaciones de vino.
- Rober, de Logroño, 36 años. Lugar: zona chill out. En el suelo, me reí mucho y es que Rober es una de las personas más divertidas que conozco.
- Raúl, de Logroño, 33 años. Lugar: la playa. Muy majo, muy majo, muy majo. Me reí también mucho.
- ¿?, de Tudela, 39 años. Lugar: un calado con unas butacas muy monas. Aquí empezó a hacerme efecto el alcohol y no me acuerdo de lo que hablamos.
- ¿?, de ¿?, 27 años. Lugar: ¿?. Era un chico muy majete, arquitecto,que vivía en Brasil.
- Mario, de Madrid, 37 años. Lugar: la barra del bar. Un tío majo, separado con dos niñas. Aficionado al ski, a los caballos y amigo de la responsable de marketing de la bodega.
Por lo visto después se empezaron a liar las pobres organizadoras y se repetían citas, lugares y todo. Faltaban mujeres así que se inventaron la cita gay en la que se juntaban varios chicos en una limusina, y ya de paso, fumaban, bebían y comían. El caso es que la liada fue tan grande que tuvieron que parar y nos fuimos todos a la zona de la barra a tomar copitas. Y ya de paso terminamos de conocernos, si queríamos, claro.
En realidad, la experiencia fue positiva. La gente era bien maja y nos reímos un montón, fue algo diferente y para nada había gente rara. No se si volvería a participar en algo parecido y menos sin cobrar, pero desde luego pasé un rato estupendo y que es que la vida son dos días...